El movimiento FIRE está muerto

En este artículo te cuento lo que, desde mi punto de vista, la mayoría buscamos… (y no es la ansiada libertad financiera)

… y también te cuento en qué consiste vivir una vida con sentido (al menos para mí).

La libertad financiera es uno de los conceptos más explotados en el mundillo digital donde muchos esclavos y adictos de sus auto-creadas profesiones van dando lecciones a los demás acerca de cómo ser verdaderamente libres.

Son los que te hablan de paz mental cuando apenas pueden dormir y los que para combatir su angustia y ansia vital necesitan tomar toneladas de magnesio y Orfidalesde dos en dos.

El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

En todo caso, te cuento en esta newsletter por qué creo que el movimiento FIRE está muerto y por qué en realidad no deseas con tanto ahínco la anhelada libertad financiera.

En realidad, lo que estás deseando no es la libertad financiera, sino algunas de las consecuencias que crees poder lograr si la consigues.

Los 5 deseos que la mayoría buscan…

Buscas 5 bolas de dragón que están esparcidas por el mundo y la realidad es que no tienes (como nos ocurre a todos) el radar de Bulma que te indica dónde se encuentra cada una de ellas.

Dentro de cada una de esas bolas de dragón hay la solución a un gran deseo que tienes dentro de ti (y que igual desconoces o nunca te has parado a analizar).

1.- Buscas impacto:

Crees enormemente que quizás dedicándote a otra cosa tu trabajo puede tener un impacto mayor. Que tu trabajo puede contribuir a alguna causa que te importe de verdad.

Buscas un propósito mayor en tu vida, buscas sembrar algo de lo que puedas sentirte orgulloso y quizás así poder contar una preciosa historia a tus nietos una tarde lluviosa de verano de aquí a 30 años.

Probablemente, quieres un cambio porque no le encuentras mucho sentido vital a lo que haces.

2.- Buscas tomarte la droga más fuerte y sana del mundo (desarrollando tu talento y creatividad):

Liberar lo que sea que tenemos dentro nos da un placer enorme.

Después de hacer deporte, segregamos las famosas hormonas de la felicidad que nos relajan. Hacer deporte es tomarse la droga sana más potente del mundo.

Cuando un artista pinta un cuadro, un escritor escribe un libro, un emprendedor crea una empresa, un director comercial crea un equipo de ventas de alto rendimiento, un cocinero crea un nuevo plato…

Desarrollar tu talento y creatividad en tu trabajo (sea el que sea) también produce un efecto parecido a la droga más sana del mundo.

Después de darlo todo en tu actividad te sientes normalmente agotado pero tremendamente orgulloso de ti.

Probablemente, quieres un cambio porque tu trabajo actual te achicharra tu cerebro.

3.- Buscas flexibilidad:

Buscas no tener que dar explicaciones a nadie para acompañar al dentista a tus hijos o para jugar una partida de pádel un miércoles a las 11 de la mañana.

Buscas no desear que al despertarte tu hijo pequeño no tenga fiebre y discutir con tu pareja (antes de discutir con tu jefe) quién se queda en casa a cuidarlo.

Buscas, ahora que Amaia Montero ha vuelta a la Oreja de Van Gogh, seguirla en cada uno de sus conciertos de su gira de vuelta y cantar junto a tu pareja durante 6 meses seguidos a pulmón Paris, La Playa o Jueves (la canción del 11M claro).

Probablemente, quieres un cambio porque sientes que debes pedir permiso para ir al baño.

4.- Buscas juntarte con gente que admiras:

Hay gente que cansa y gente de la que uno nunca tiene suficiente.

Deseas ser libre financieramente para tener más capacidad de escoger las personas con las que quieres invertir tu tiempo.

Gente radicalmente optimista y con sus puntos de locura. Gente, que solo al pensar con ellos te hacen iluminar tu bombilla interior(y con la que empiezas a salivar como ocurre en el experimento de los perros de Pávlov). Gente que le da la vuelta a los pequeños dramas vitales que todos vivimos.

Gente por la que vale la pena luchar.

Gente que transforman un viaje en tren a Martorell en un viaje a Tanzania.

Deseas pasar el resto de tu vida rodeado de esa clases de personas. Como decía aquel que tanta gente ha visto por Youtube, buscas rodearte de bombillas con patas.

Probablemente, quieres un cambio porque quieres conocer muchas más bombillas con patas.

5.- Buscas aprender cada día:

Después de veinte años haciendo lo mismo ya casi nada te sorprende.

Si eres propietario de una PyME te encantaría venderla y te cambiarías por ese directivo con un Rolex en su muñeca.

Si eres directivo de multinacional (y llevas un Hublot en tu muñeca, aún hay clases) quizás te cambiarías por ese propietario de esa pequeña PyME rentable que no tiene que aguantar directivos aún más tiburones que tú.

Si eres un blue collar, desearías trabajar en un despacho con calefacción delante de un ordenador.

Si eres un white collar con infinitos niveles jerárquicos encima de ti desearías aprender a hacer pan y montar tu panadería o simplemente tener un pequeño taller de figuras de barro donde enseñar a pequeños demonios a hacer tazas de café para regalarles a sus queridas progenitoras en el Día de la Madre.

Probablemente, quieres un cambio porque estás aburrido.

Por todo ello, crees que encontrarás esas bolas de dragón cuando tengas mucho dinero y ya no tengas que preocuparte por pagar el comedor de tu hijo o simplemente puedas pagarle cualquier universidad del mundo en la que desee estudiar.

Esas bolas de dragón, ahora mismo están lejos o quizás están más cerca de lo que puedas creer.

Quizás odias tu trabajo, o quizás no.

No lo sé.

En todo caso, personalmente me ayuda enormemente diseñar como es mi semana ideal (un día es demasiado aleatorio) e intentar aspirar a vivir cada año el máximo número de semanas ideales posibles.

Define tu semana ideal (e intenta vivir de ese modo tantas semanas al año como puedas)

Mi semana ideal consiste principalmente en:

  • 1.- Deporte (6 sesiones/semana cortas: de menos de 1 hora):
    • Dos sesiones de running de 30′ a ritmo de 5 min/km y con el sprint final de Rocky.
    • Una sesión de spinning de esas de 600 calorías quemadas y de fliparte imaginando que subes el Tourmalet.
    • Un nado relajante de 45′. Relajante porque nado fatal, por supuesto.
    • Dos sesiones de CrossFit en las que puedas mirarte en el espejo y ver tus músculos hinchados y entender por qué las fotos de tus ídolos son siempre mentira.
  • 2.- Familia:
    • Jugar 1h el domingo a la Play o a la Switch con mis hijos.
    • Jugar a un juego de mesa o de cartas los 5 si es posible durante el fin de semana (tipo Uno, Exploding Kittens o similar).
    • No hacer nada pero estar a su lado cuando tienen ganas de contarte algunas de las cosas que les ocurre a tus hijos (y sentirte un privilegiado por el solo hecho de poder escucharles).
    • Ver una peli con IMDB superior a 7 (cuando tienes la suerte de tener una familia numerosa no te imaginas lo difícil que es encontrar una peli que guste a todo el mundo).
  • 3.- Trabajo
    • Conocer a nuevos proveedores y/o clientes y poder comer con ellos en uno de esos sitios trendys.
    • Dedicar tiempo a mi equipo y discutir, reír, trabajar y gastar energía en nuestros fregaos.
    • Hacer algo de barro (bajar al detalle de ciertos asuntos) y trabajar también en algo de visión (decisiones con mucho impacto que solo una mente calmada puede tomar).
  • 4.- Actividad divulgativa:
    • Escribir una media de 25 minutos diarios.
    • Avanzar en mi nuevo libro que verá la luz en 2026.
    • Avanzar en uno de los dos artículos mensuales profundos que escribo.
    • Formarme en algo relacionado con el mundo de la inversión que no domino (ahora mismo estoy aprendiendo un concepto de diversificación muy interesante llamado full-stack investing).
  • 5.- Inversiones:
    • Gestionar si hay algún tipo de incidencias en nuestras inversiones inmobiliarias.
    • Una vez al mes, hacer seguimiento de mi cartera financiera de inversión después de las aportaciones automatizadas.
    • Analizar nuevas oportunidades inmobiliarias que puedan llegar (ahora mismo estoy analizando la posibilidad de entrar en algunas oportunidades de inversiones en hoteles).
  • 6.-Ocio personal
    • Vivir otra vida a través de la lectura de 15′ antes de ir a dormir de una buena novela (ahora mismo la última de Eva Baltasar).
    • Buscar dos huecos de 30′ para avanzar en la video-aventura de turno (ahora estoy jugando al clásico de Super Nes: Super Metroid: una pasada).
    • Probar un vino o un plato que no he probado antes junto a un buen amigo (hace poco descubrí la variedad gallega Godello y ya se ha convertido en mi favorita).

Por suerte, en mi vida profesional, he tenido hasta el momento numerosas oportunidades. Oportunidades en puestos directivos de impacto y oportunidades también para emprender nuevos negocios.

Además, con ID es rara la semana donde no me proponen nuevas inversiones, proyectos o inversiones.

Pero más allá de qué los seres humanos acostumbramos siempre a querer más, creo que la madurez llega a tu vida cuando eres capaz de decir NO a muchas buenas oportunidades que van contra tu semana ideal.

No creo en cambios de vida radicales.

De hecho, conozco a gente que ha acumulado suficiente dinero, pero no persiguen semanas ideales, sino acumular mucho más dinero porque van en «modo automático».

De hecho, muchos de ellos ni se han planteado cómo podría ser su semana ideal.

Así, que antes de perseguir la libertad financiera, persigue tus semanas ideales.

Intenta primero de todo definirlas y después acercarte un poco a ellas.

No busques la perfección.

Entiende tu punto de partida e intenta cada día hacer algo que disfrutes.

Si estás aún lejos de tu semana ideal, no desesperes. Al fin y al cabo, este ejercicio te ayudará realmente a definir lo que quieres para tu vida.

Un año son 52 semanas.

Y una vida son 4.000 semanas.

Y nunca nos sobran semanas.

Entrénate para buscar tu semana ideal y repítela tantas veces como puedas.

Cuando falles, te levantas y a por otra semana. Como hacemos todos.

Y claro, acumular capital puede ayudarte a que vivas esa semana ideal.

Pero saber cómo es tu semana ideal es un ejercicio que acostumbra a durar toda una vida.

Tu semana ideal evoluciona mientras tú cambias también.

Nunca la encontrarás del todo, pero perseguirla te ayudará a vivir con sentido.

Y sobre todo, evitará que el día que acumules ese dinero suficiente que tanto anhelas, te hagas una pregunta que provoca muchísimas depresiones:

– ¿Y ahora qué?

¡Feliz búsqueda!


Foto que encabeza el post: Trabajar en la playa es infumable (la pantalla no se ve) 😉 Foto: Unsplash

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