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«Escribo contenido de calidad para inversores inmobiliarios sin tiempo, largoplacistas y a los que no les gusta especular»

Escribir cuesta mucho más que hablar. Pero al tener que pensar mucho más lo que escribes se comunican cosas mucho más interesantes.

Necesito pensar bien lo que digo. 
Ya me lo decía mi abuela que contara hasta 10.

Escribir bien requiere de contar hasta 100 (como mínimo).

Y más de 14.000 suscriptores ya aguantáis cada dos semanas «mis escritos» en vuestra bandeja de entrada.

En el hipotético caso de que te haya caído bien, desees aprender sobre inversiones y quieras suscribirte, te lo pongo bien fácil:

Por cierto, si aún no te has suscrito y para que entiendas un poco más lo que hago, déjame que te cuente una historia:

En 1965, André Francois contaba con 47 años y creía estar haciendo el negocio de su vida.

Notario de profesión, propuso a la señora Jeanne Calment que entonces tenía 90 años, pagarle una renta mensual de 2.500 francos (381 euros actuales, aproximadamente) hasta el día del fallecimiento de ésta, a cambio de su vivienda, en lo que podríamos calificar como una hipoteca inversa.

Jeanne Calment vivía en un céntrico piso en la localidad francesa de Arlés en la Costa Azul.

Al no tener descendencia ni familia directa, accedió a firmar el acuerdo con el notario.

Éste calculaba que la anciana viviría como máximo unos 10 años más (hasta los 100) y él tendría un céntrico y formidable piso por poco más de 300.000 francos (45.734 euros).

Hasta aquí todo bien.

Pero…

… ahora, ahora, ahora viene la parte divertida.

El destino en algunas ocasiones juega malas pasadas e hizo que la señora Calment se convirtiera en el ser humano más longevo de la historia, llegando a vivir hasta los 122 años.

De hecho, vivió dos años más que el señor notario André Francois, que murió a la edad de 77 años sin acceder nunca al usufructo de la vivienda.

La viuda del señor notario tuvo que seguir pagando durante esos dos años la cantidad acordada por su marido.

Sin duda, no fue una buena inversión la del señor Francois.

De hecho fue un drama de inversión con los números en la mano.

Pero lo peor debió ser la ansiedad… ¿qué pensaría el señor notario cada año que transcurría sin que «nada aconteciera»…?

Con «las newsletters de Inversor Directivo» no aprenderás técnicas para adivinar tu destino. 

No. Eso no.

Pero…

…si quieres aprender acerca de todo lo que es planificable en una inversión inmobiliaria, los artículos que escribo te proporcionan un buen método de trabajo, con rigor y con la mirada alzada al largo plazo.

Si quieres estar preparado para los imprevistos que te traerá la inversión inmobiliaria, te espero en la Newsletter de  “Inversor Directivo».

Te ayudará. Estoy convencido.

PD: Por cierto, la señora Calment dejó de fumar a los 117. A pesar de ello, ¡no fumes, no creo que te convenga! 

¡Te espero dentro!


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