Dopamina Inversora: Por qué la búsqueda constante de mayores rentabilidades produce menores retornos (y mayor ansiedad)

El exceso de búsqueda constante de novedad en tus posibilidades de inversión está matando buena parte de la rentabilidad y (peor aún) puede aumentar tu ansiedad a niveles muy peligrosos. 

Sólo se vive una vez.

Hay que arriesgarse…

No pasa nada por intentarlo…

¿Y si sale bien?…

De perdidos al río…

Para muchos seres humanos, la búsqueda constante de novedad es un mantra. Casi una religión.

Antes de entender cómo podemos sortear los problemas que el efecto novedad nos causa en nuestra vida, debemos entender porque estructuralmente la novedad nos atrae tanto.

¿Por qué la novedad y lo desconocido nos atrae tanto?

Una de las teorías más sólidas del motivo porqué la novedad es un imán para muchos de nosotros es que la novedad potencia el aprendizaje y es evidente que a través de la teoría evolutiva los genes de aquellos seres humanos con más propensión a buscar la novedad han ido persistiendo y potenciándose a través de miles de años.

En síntesis, el hipocampo del lóbulo temporal y la sustancia negra y el área ventral tegmentaria del mesencéfalo son regiones cerebrales fundamentales para la memorización. El hipocampo interviene en la retención de nuevos contenidos de la memoria como en su evocación. Por ello se considera al hipocampo nuestro «detector cerebral de novedades».

En varios estudios de prestigiosos centros de investigación se encontró que la presentación simulada de estímulos nuevos origina un aprendizaje rápido, mientras que sucede todo lo contrario con los estímulos familiares.

Este tipo de hallazgos abre la discusión sobre las estrategias que los docentes deben diseñar y aplicar para lograr un aprendizaje más efectivo.

Por lo visto, la presentación de estímulos que resulten novedosos puede incrementar la liberación de dopamina y, en este sentido, aumentar la velocidad de adquisición del conocimiento. Así que claramente podemos concluir que la novedad y la dopamina son dos de nuestros grandes aliados para potenciar nuestro aprendizaje.

De todas formas, como en cualquier aspecto positivo, un exceso de novedad puede ser perjudicial en muchas áreas de nuestra vida.

Si por ejemplo intentamos aprender 5 idiomas a la vez no seremos capaces de profundizar en ninguno de ellos y por tanto “ese exceso de búsqueda de novedad” resultará perjudicial (y no beneficio) en nuestro desarrollo de nuevos conocimientos.

«In media virtus»: Un exceso de búsqueda de novedad es claramente contraproducente

¿Por qué la búsqueda constante de la novedad puede estar causando mucho daño en tu vida?

Walter Mischel, psicólogo americano de la Universidad de Stanford, planteó un experimento a un grupo de niños en los años 60 para estudiar su capacidad de autocontrol. Es el llamado experimento “de las nubes de golosina” que décadas después sigue dando mucho que hablar.

El experimento consistía básicamente en sentar a varios niños en una gran mesa redonda y ponerles una nube de azúcar delante de sus narices. El mensaje que se les daba a los niños era que podían comerse la nube cuando quisieran pero que aquellos que lograran no comerse la nube durante los siguientes 15 minutos se les daría una segunda nube como premio por su capacidad de autocontrol.

Décadas después se comprobó cómo aquellos niños que supieron resistir durante esos minutos al impulso de comerse la nube de azúcar (para obtener una segunda adicional) acabaron en general por tener un mayor éxito en su vida.

Si bien el experimento está lleno de controversia ya que la muestra era pequeña y no homogénea (y no es fácilmente replicable por el tiempo que se precisa en evaluar el resultado – décadas-) es verdad que es muy ilustrativo y representativo de algo que todos de alguna manera u otra intuimos.

Aquél que cambia placeres a corto plazo por placeres a largo plazo acaba normalmente cosechando mejores resultados.

  • Aquél que se esfuerza con su ración diaria de deporte disfruta estructuralmente de mucha más energía. 
  • Aquél que se esfuerza con su ración mensual de ahorro y lo invierte disciplinadamente disfruta estructuralmente de mayores posibilidades y más libertad de elección al tener más dinero.
  • Aquél que se esfuerza en comer comida real disfruta estructuralmente de una mayor salud y bienestar.
  • Aquél que se esfuerza en escuchar y preguntar constantemente disfruta estructural de una mayor aprendizaje.

Parece claro que el poder superar nuestros impulsos más animales a corto plazo tiene un gran beneficio a largo plazo. 

Llegados a este punto la pregunta es clara, ¿cómo podemos mejorar en ese aspecto? ¿Qué estrategias podemos seguir para implementar mejores hábitos y rutinas? ¿Cómo podemos huir de la gravedad tan fuerte que el efecto novedad produce en nuestro cuerpo y cerebro?

En las relaciones de pareja

El efecto novedad respecto a nuestra pareja es tan fácil de entender que prácticamente todos lo hemos experimentado. Lo llaman la química del amor: aromas, nervios, temperatura corporal.

El cuerpo nos ataca con una serie de estímulos que nos predisponen a luchar por aquello que estamos diseñados. Ya se sabe… la procreación está en nuestros genes.

El problema de todo esto es que, en nuestra sociedad, procrear (o hacer el intento) con la persona equivocada en el momento equivocado acaba teniendo consecuencias importantes: divorcios, hijos que apenas ven a padres, malestar emocional, irascibilidad, quiebras financieras…¿hace falta que siga?

Juega con fuego y probablemente te acabarás quemando.

La única forma de combatir la novedad en el terreno amoroso es no exponerse a ella. Punto final. Y ya sabes qué significa no exponerse. Cuando veas peligro, apártate. El subidón es temporal, el bajón puede durar años o décadas.

Tú verás si te compensa.

Dopaminismo Inversor: El daño que provoca la búsqueda incesante de mayores rentabilidades al invertir

Ahora el Bitcoin.

Espera… ahora ya no porque ha subido mucho.

Ahora toca el Etherum.

Uy… parece que se calienta el tema.

Entonces vamos a invertir al “nosequémonedaquenoentiendoCOIN”.

La búsqueda constante de nuevos activos en los que invertir puede resultar terriblemente agotadora. Foto: Unsplash

La búsqueda de la novedad al invertir es un clásico que si no se controla acaba produciendo un daño (económicamente) terrible.
Como decía el bueno de Taleb al invertir para crear riqueza deberías buscar ganancias ilimitadas pero pérdidas también limitadas. Es un consejo fantástico. Suena muy bien. Pero, ¿eso cómo se hace?

De entrada intentemos analizar: ¿qué tipo de activos pueden producir ganancias prácticamente ilimitadas?

A priori: invertir en empresas de nueva creación (y a continuación ponemos un cirio en la iglesia más cercana de casa), criptomonedas (de esas tan raras), inversiones inmobiliarias sin poner capital (mientras invocamos al oráculo del sol para que el mercado inmobiliario siga al alza) o incluso emprendiendo en nuestra propia aventura empresarial (intentando no perder nuestra salud mientras intentamos ganarle la partida a las estadísticas).

Estas actividades anteriores son potenciales formas de generar rentabilidades extraordinarias… si “acertamos el momento y el activo” claro.

Si analizas con perspectiva y sin fanatismos entenderás que todos ellos son activos con mucho riesgo que obviamente pueden producir pérdidas importantes.

¿Se puede buscar constantemente el efecto novedad en el mundo de la inversión para intentar “cazar inversiones potencialmente muy rentables”? Por supuesto que sí. Incluso creo que se debe.

¿Cómo? Como ya expliqué en este artículo, a través del «Barbell strategy».

Es decir limitando tu exposición a estos productos a un 5-10% de tu patrimonio. 

El otro 90% deberían ser inversiones que a largo plazo han demostrado una rentabilidad fiable y recurrente (es decir renta variable muy diversificada, inversiones inmobiliarias con un apalancamiento controlado, bonos de cierta calidad…).

Además de limitar tu patrimonio a esas inversiones “con efecto novedad” y con gran potencial de revalorización deberías también tener cuidado con el tiempo que te ocupan.

El efecto novedad es un gran ladrón de nuestro tiempo.

Ya sabemos que el 95% de los traders pierden dinero (ellos no lo saben hasta que se dan cuenta meses más tarde después de empezar). 

Todo ese dinero que la mayoría de los traders pierden no es el mayor de los problemas de ser trader en mi opinión. Al fin y al cabo, “es sólo dinero”. Y el dinero a largo plazo es recuperable. El problema de los traders es la inmensa cantidad de tiempo que pierden visualizando gráficas que ni ellos entienden, entrando en foros para obtener información que no informa sino que añade ruido.

Ese tiempo diario perdido nunca va a volver. Y ¿sabes algo peor aún en mi opinión? La cantidad de energía e ilusiones perdidas mientras persigues la novedad y al fin y al cabo te vuelves a dar cuenta que no existen duros a cuatro pesetas.

Eso es lo peor. Personas que constantemente inician una nueva actividad para crear riqueza. Empiezan con una motivación terrible. Intentan formarse, se obsesionan en un nuevo tipo de activo y semanas o meses más tarde acaban con una depresión de caballo porque aquello no les ha ido bien. Se sienten fracasados. 

Y en realidad no son (para nada) unos fracasados. ¡Claro que no! El problema es que aquella actividad en la que se han focalizado estaba destinada a fracasar. No son ellos. Es la gestión de expectativas que tenían inicialmente la que era totalmente equivocada.

Escribir sobre finanzas personales implica una alta dosis de responsabilidad. Me gusta dormir tranquilo. Por ello, siempre releo los artículos unas cuantas veces antes de publicar. Nunca doy fórmulas secretas porque sé que no existen. Lo que sí que sé es lo siguiente:

  • Quién afirma que en criptomonedas va a generar una rentabilidad de triple dígito con una alta probabilidad en pocos meses miente.
  • Quién afirma que en inversión inmobiliaria vas a poder vivir de rentas en menos de 1 año o menos de 2 o menos de 3 miente también.
  • Quién afirma que invirtiendo en su fondo de early startups vas a multiplicar tu inversión por tres a 10 años vista sin apenas margen de error miente (como un cosaco).

Tendemos a confundir nuestra valía con nuestros resultados. A todos nos ocurre (para bien y para mal).

Si en el pasado hemos actuado en un mercado y nos ha ido bien automáticamente pensamos que dominamos ese mercado. Y rápidamente asumimos que tenemos la autoridad necesaria para ir mostrando en público que sabemos de lo que hablamos y que podemos enseñar a otros a generar esas rentabilidades que hemos generado en el pasado.

Mentira. A los que nos ha ido bien en determinado tipo de inversiones nos ha ido bien en un momento determinado, con unas condiciones iniciales determinadas y con una evolución de mercado determinada. Punto final.

Por ello, mucha humildad. Y por ello, me gusta mucho seguir a aquellos divulgadores que tienen claro esa premisa.  Ese punto de partida lo cambia todo. Esa humildad e inseguridad en sus previsiones es lo que más me atrae y lo que más confianza me genera.

El futuro (por definición) siempre es incierto.

Por ello, al invertir tu dinero. Ten unas expectativas bajas. Cuida tu tiempo, diversifica si quieres buscar el efecto novedad… pero con cabeza y tranquilidad.

Aprovéchate del efecto novedad para incrementar tus aprendizajes (y un poco tu dopamina). Y nunca. Pero nunca bajo ningún concepto pierdas la confianza en ti mismo (independientemente de los resultados que hayas tenido en el pasado).

Eckart Tolle, el autor del brutal (y difícil de digerir) libro “El poder del ahora” afirma que hasta los 50 años era considerado como un fracasado por la sociedad. Y pum. A los 50 (siendo un fracasado según él) va y escribe uno de los libros más profundos jamás publicados (y más necesario que nunca).

La vida se puede hacer muy larga para aquellos que han perdido su autoconfianza. Que no te ocurra. Nunca.


Los destrozos de la incesante búsqueda de la novedad en el desarrollo de tu carrera profesional

El efecto novedad también puede ser muy perjudicial para tu carrera profesional.
Si cada dos años cambias de trabajo te será muy difícil crear una carrera exitosa a largo plazo.

Linkedin es el Instagram de los ejecutivos.
El poder del ego y la envidia en su máximo exponente.
Fíjate que hay perfiles que parece que trabajan para mostrar al mundo sus éxitos. Mientras que hay otros perfiles mucho más discretos que prefieren priorizar su tiempo en “propiamente trabajar” y cosechar buenos resultados.

Al cambiar de trabajo, la dopamina actúa. Actúa tanto que nos cuesta mucho conciliar el sueño estructuralmente en las primeras semanas.

Por ello, las primeras semanas de cualquier nuevo trabajo acostumbran a resultar de mucho aprendizaje. Nuestras neuronas no paran de hacer palmas. Novedad tras novedad. Nuestro jefe parece un tí@ maravilloso. Te encuentras en un parque de atracciones de adultos.

Luego viene la exigencia y parte de monotonía y quizás todo ya no resulta tan espectacular. Y empiezas a pensar que quizás no estabas tan mal en tu anterior trabajo. Es normal.

¿Sabes? Muchas de las cosas más importantes en la vida no pueden comprarse con dinero. La salud, el amor o el respeto de tus compañeros de trabajo.

Cuando conoces de verdad a un compañero de trabajo (es decir cuando hay problemas que resolver), entiendes rápidamente si es una persona que está muy comprometida y puede ayudarte (de verdad) o no.

Ganarse el respeto de los demás cuesta. Hay que ejemplificar y simplemente hay que entregar lo que uno promete. Y para que eso ocurra se requiere mucho tiempo. No se hace en unos meses. Requiere años. Y a veces (parece que) tenemos todos mucha prisa.

Una carrera profesional se parece mucho más a una Marathon que a una carrera de 400 metros. Hay que ir evolucionando Kilómetro a Kilómetro.
¿Hay que ir cambiando de compañeros en la Marathon? Por supuesto que sí. A veces vamos a ritmos diferentes. Sin duda.

Una carrera profesional no deja de ser una carrera de una distancia larguísima. Los que se desfondan al inicio a veces acaban por desfallecer. Foto: Unsplash

Pero no hay que cambiar de compañero a cada Kilómetro. A veces nos encontramos con un crack que va a una marcha superior a la nuestra. En ese caso, vale la pena pegarse a su estela. Crecer con esa persona. Si te ocurre, hay que aprovecharlo. No es fácil seguir el ritmo de esas personas. Acostumbran a ser (muy) exigentes. Pero aquellos que tienen la paciencia y fuerza de voluntad para seguirlos mucho tiempo acaban consiguiendo un gran crecimiento.

A veces en la carrera profesional lo difícil es decir que NO a un cambio de trabajo que nos promete una experiencia dopamínica parecida a Disneyland.

A veces visitar Disneylandia no os lo adecuado en tu carrera. O quizás sí. Quién sabe.

El tonto de la clase ha dejado de ser el tonto de la clase

Leer un libro es algo que requiere mucha concentración. Por eso la mayor parte de la población es incapaz de leer un libro de inicio a fin. Es mucho más fácil jugar con el efecto novedad que Twitter o Instagram nos regala.

Ahora bien, ¿cómo te sientes al acabar de leer un buen libro y como te sientes después de invertir 1 hora en tus redes sociales?
Como siempre, tú escogerás tu camino.

El efecto novedad siempre estará ahí. De ti depende si profundizas en una relación o eternamente eres un Don Juan buscando nuevas conquistas.

La vida es eso.
Saber cuándo profundizar y saber cuándo desistir. En el amor. En el mundo de la inversión. En nuestra carrera profesional. En nuestro ocio.

Profundizar cuesta. No está al alcance de todos. Huir de la novedad requiere de un buen esfuerzo. A veces te hace sentir el tonto de la clase.

En mi época de estudiante los que llevaban gafas acostumbraban a recibir «demasiados» comentarios no agradables. Espero que esa crueldad ya no exista. Foto: Unsplash

¿Sabes? Creo que al tonto de la clase las cosas le acostumbran a ir bien a largo plazo. Se ha sacrificado. No ha tenido tantas oportunidades cómo los demás. Se ha aferrado a aquellas que ha tenido con uñas y dientes.
Y al final resulta que ya no es el tonto. Lleva gafas sí. Pero el tonto ha dejado de ser el tonto.

Tonto es el que hace tonterías.

Que la búsqueda constante de la novedad no te haga cometer más tonterías de las necesarias.

Profundiza.

Disfruta.

Saborea.

Da las gracias.

Vive.

Aprende.

Camina acompañado.

Crece.


Foto que encabeza el post: Las consecuencias de la búsqueda excesiva de la novedad no acostumbran a ser muy placenteras a largo plazo. Ten cuidado.


¿Qué novedades de tu vida buscas con demasiado ahínco y te gustaría evitar? Me encantará conocer tu opinión en los comentarios.

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20 comentarios en «Dopamina Inversora: Por qué la búsqueda constante de mayores rentabilidades produce menores retornos (y mayor ansiedad)»

  1. Muy interesante el artículo sobre la relación mente-inversiones. Muy ameno e interesante. El ejemplo sobre pasar una hora en twitter o leyendo, muy acertado, ilustrativo y extremadamente cotidiano y real. Artículo de calidad!

  2. ¿Cómo te sientes después de leer un post de Inversor Directivo? Los artículos que nos regalas no tienen precio y nos enseñan el camino a seguir. Gracias por tu tiempo, Alberto, una vez más.

    1. El agradecimiento es mío Vicente por tener a un lector fiel e inteligente como tú.
      Una vez más, gracias por comentar.
      Abrazo!

  3. Hola Alberto. Nos haces reflexionar y parar unos minutos, para desde una mirada introspectiva, pensar si lo estamos haciendo bien. Muchas gracias

    1. Gracias Fernando!
      Parar unos minutos es algo que hacemos todos mucho menos de lo que deberíamos.
      Me alegra saber que contribuyo con mi granito de arena a esta buena causa.
      Saludos y gracias por comentar!

  4. Enhorabuena una vez mas por tu gran articulo, por curiosidad cuantas horas has tenido que invertir para redactar este articulo?

    Un abrazo y te animo a que sigas deleitándonos con estos grandes artículos 🙂

    1. Muchas gracias Rafael por comentar de nuevo un artículo 😉

      Este artículo ha sido relativamente rápido de escribir comparado con otros mucho más largos.

      Entre investigación, redacción y post-edición probablemente no más de 3 o 4 horas.

      ¡Seguimos en contacto!

  5. Hola Alberto. Es la primera vez que escribo en los comentarios pero que sepas que me he leído toooodas tus entradas y que espero impaciente a que llegue la siguiente newsletter. Simplemente agradecer el tiempo que inviertes en todos tus artículos de los cuales nos aprovechamos los lectores. Aprendo mucho contigo y aplico esos conocimientos en mi día a día. Gracias de nuevo!!

  6. Ordenando el correo me ha salido un email sin leer con este artículo. Se me había pasado leerlo. Quizá está en mi top5 de inversordirectivo. Gracias Alberto.

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